sábado, 16 de abril de 2016

Stamps produits la charcuterie SCHMID et PASCUAL

    Hoy hemos querido mostraros unos pocos cromos que la célebre charcutería francesa SCHMID, con más de cien años de historia a sus espaldas, ofrecía a sus clientes hacia mediados del siglo pasado. Cuya historia queremos ligar a la de una serie emitida por cereales PASCUAL en 1999.


   La serie "Sellos del Mundo", combina vistas de monumentos, calles y escenas cotidianas con cuatro imágenes de sellos e información del país de que se trate.


   Nos imaginamos a Pierre, un chiquillo del siglo pasado, aguardando la lista de tareas que su madre pudiera tenerle preparada un sábado por la mañana. Por entre las calles de París camina ante el escaparate de varias tiendas que le ofertan los productos que precisa, pero pasa de largo.


   Pierre no quiere comprar en cualquier tienda, quiere ir a la charcutería SCMID, a la que lleva semanas acudiendo. Se ha hecho amigo de la dependienta, Catherine, una joven que siempre le saluda con una preciosa sonrisa. 
- "Bonjour Catherine, ça va bien?", cuarto y mitad de longaniza, medio kilo de filetes de ternera y paté de pato por favor, sentencia Pierre.


- "Je suis bien Pierre, et ta famille?"
- Todos bien, tenían cosas que hacer en casa y he venido yo, bueno, mi hermana con su novio, no sé qué le ha visto a este tal Antoine.
- Pues te preparo el pedido cuanto antes, fresco y de calidad, ya sabes.
   Pero a Pierre no le interesaban tanto estos detalles, confiaba en que Catherine le daría buen género y aguardaba pacientemente. Ella solía envolver los pedidos en áspero papel marrón, despacio, cuidadosamente, y Pierre percibía el cariño con el que Catherine desempeñaba su trabajo.


- "La comande est terminé Pierre". ¿Vas ya para casa o aún te quedan más recados?.
- Salgo ya para casa, ¿no olvidas algo Catherine?.
- No, no lo olvido. hoy te he guardado el cromo de los sellos de Venezuela. 
Catherine, entre susurros, esperando que "son patron" no la escuchara añadió:
- Toma, te regalo también los de Japón y México, ya sabes que François los tiene bien guardados, pero los he conseguido para ti, !por guapo¡.
- Pierre se sonrojó, dio las gracias y marchó para casa feliz por el trabajo bien hecho y los tres nuevos cromos que sumaba a su colección. 


    Una mañana de lunes del año 1999 Magdalena abrió la puerta del salón. Acababa de levantarse y sabía que sus padres la esperaban ya para el desayuno. Entre sus manos asía un "pequeñín juguetón", un regalo que su tía le trajo en su última visita familiar. Abrazó a sus padres como cada mañana y se dispuso a asearse.


   Magdalena también coleccionaba cromos, su madre le regaló unos que por lo visto eran del abuelo Pierre, que vivía en Francia y al que echaba de menos. 
- Tu abuelo los juntó porque obedecía cuando sus padres le encargaban tareas, si te portas bien te los daré. Solía decir su madre.
  

   Magdalena se portó bien y esa fue su primera colección de cromos. Ahora andaba a la caza y captura del último que necesitaba para completar la serie que Cereales PASCUAL había emitido, con motivo de la película El Dorado.


   Esta mañana de lunes, Magdalena buscó su colección de cromos, pues sabía que tocaba abrir un nuevo paquete de cereales. Se sentó a la mesa y colocó uno tras otro los once que ya tenía de la serie, después, despacio, cuidadosamente, abrió la caja de cereales. 
- !Toma ya¡, exclamó. Los tengo todos, los doce de El Dorado. Los tres repasaron la colecciones de Pierre y Magdalena y recordaron momentos antes de separarse como cada mañana de lunes.

domingo, 10 de abril de 2016

Injertando rosales

   Unas preciosas y aromáticas rosas blancas llamaron nuestra atención un soleado día de primavera. No se nos ocurrió otra cosa que tomar unos trozos de sus tallos, de unos 15 centímetros de longitud, con sus espinas y todo y llevárnoslos para insertar sus yemas en nuestro rosal  silvestre.


   Recordemos que en anteriores entradas hablamos de la poda de estos arbustos, y mencionamos los brotes que nacían desde las raíces de uno de nuestros rosales en copa o de "pie alto". Estas varas jóvenes, consituyen los patrones o pies en los que podemos injertar variedades que por sus características, pudieran resultarnos lo suficientemente atractivas como para tenerlas entre las plantas de nuestro patio.


   Tras arrancar las varetas procedentes de las raíces de un rosal en copa como vemos en las fotos superiores, las plantamos en un nuevo tiesto y esperamos a que consiguiesen el diámetro necesario para injertarlas, llegando incluso a dar lugar a sencillas pero hermosas rosas silvestres.


    En una de las ramas superiores de la vara patrón injertamos unas yemas del rosal que nos llamó la atención, recurrimos a un injerto en escudete, ya comentado y utilizado en otras ocasiones.


   Las ataduras las realizamos con cinta plástica específica para este tipo de operaciones, la cual puede adquirirse en jardinerías o establecimientos de ferretería de localidades con tradición de realizar este tipo de operaciones en campo.


   Transcurridas unas tres semanas, ya observamos la evidente brotación de los injertos que insertamos.


   Ya solamente nos resta colocar los nuevos rosales en copa en tiestos de tamaño adecuado, estos que escogimos tienen una altura de unos 40 centímetros y un diámetro de 25 cm.



   Tras realizar el trasplante intentando no dañar las raíces ni los tiernos brotes de nuestro rosal de aromáticas flores blancas, observamos con claridad que el tiempo invertido ha resultado satisfactorio, incluso más que si nos hubiésemos limitado a adquirir este ejemplar en un centro de jardinería, lo que hubiera resultado demasiado sencillo.


   Se encuentra mucha satisfacción en la realización de trabajos por uno mismo. En nuestra opinión, más que en el hecho de adquirir algo ya elaborado. Os animamos a crear vuestras propias composiciones de plantas, injertos, adornos de jardín etc. Resulta constructivo y entretenido, y siempre aprendes algo nuevo buscando información sobre cómo hacer aquello a lo que andas tiempo "dando vueltas".