sábado, 8 de junio de 2013

Vitolfilia, todo tiene un comienzo

      Para una empresa es importante distinguir sus productos de otros similares. Ocurre frecuentenmente que ciertas marcas tienden a caracterizarlos, dotándolos de particularidades que aunque no aportan una mayor calidad gustativa, sí que los hacen más atractivos y exclusivos. Además estas señales distintivas pueden proteger los productos de la imitación y/o falsificación.


      El origen de la vitola no iba a ser diferente. Tras comercializar los puros empaquetados en cajas de madera, con la sola identificación exterior del fabricante grabada a fuego; después de embalarlos en bloque, en cantidades determinadas y abrigados por característico papel de envoltura; tras agruparlos en cajas menores y envolverlos en mazos de 25, 50 y 100 unidades, atándolos con una cinta; después de que ciertas casas comerciales de la industria tabaquera cubana, decidieran hacer envases de lujo, y adornarlos con bellas litografías a mediados del siglo XIX, solo después...


      Se toma la enésima medida para poner freno a la imitación de productos  tabaqueros, el anillado de los tabacos puros de forma individualizada. Ahora sí, ahora todo cigarrillo se encontraba identificado particularmente, ahora comenzaba la guerra litográfica por generar las más bellas y exclusivas vitolas, que distinguieran a los más elaborados y gustosos puros cubanos. Nace tal y como hemos narrado la vitola, o anilla para la óptima presentación y caracterización de los cigarros.


   Debido a su número y diversidad, no se trata de un coleccionable fácil de ordenar. Agrupadas por casas comerciales, por temáticas, series etc pueden montarse en fundas "magnéticas", de fácil adquisición en grandes superficies, tambien son útiles los clasificadores para sellos. En cualquier caso, no se deben poner en fundas adhesivas para fotos ya que el pegamento que contienen acaba por dañarlas.


    De la mano de este coleccionable va mi afición al coleccionismo. Hace ya muchos años, mi abuelo me enseñó una preciosa colección de vitolas cubanas. Ni corto ni perezoso me dispuse a zambullirme en el mundo del coleccionismo, empezando claro está con lo que más a mano tenía, los envoltorios de caramelos.

    Nada queda ya de aquellos envoltorios, lástima que no los guardara. Nada queda tampoco de la colección que pude contemplar de niño, nadie sabe dónde acabó. Pero el tiempo me ha llevado hasta aquí, hasta esta entrada en este sencillo blog que pretende llegar a tant@s como pueda, y lo hago ahora con esta caja de puros que ilustra mejor que cualquier otra cosa, el esfuerzo invertido por las empresas tabaqueras por diferenciar sus productos, una de las pocas cosas que con cariño guardo en recuerdo de mi abuelo.

 
      Ciertas cosas deben ser conservadas, van asociadas a nuestras vivencias, a nuestros viajes, a nuestros días. Al verlas el recuerdo acude a nuestra cabeza y nuestro corazón, quizá así comenzara el coleccionismo, guardando aquello que impedía que olvidáramos los felices momentos vividos.

Mucha más información en:

http://www.jaberni-coleccionismo-vitolas.com/ 

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